viernes, 3 de junio de 2011

El efecto Forrest Gump o ¿a dónde va Vicente?

Estos días se han producido sentadas en lugares señalados de las capitales españolas de gentes pertenecientes a un movimiento surgido en la víspera de las elecciones del 22 M (concretamente el 15M) al que se le ha dado una repercusión mediática pienso que exagerada (repercusión no correspondida con los resultados de las elecciones). Me viene a la mente aquellas escenas de la película "Forrest Gump", cuando Forrest se encuentra frustrado y decide echar a correr. Al principio llega a los límites del condado y piensa: si he llegado hasta aquí porqué no seguir; y llega hasta los límites del Estado y piensa: si he llegado hasta aquí porqué no seguir; y sigue hasta la costa Oeste y vuelve corriendo hasta la costa Este. Y así se le pasan los meses y los años. Evidentemente llama la atención de la gente y algunos ven en él a una especie de mesías que ha encontrado el sentido de la vida y empiezan a juntársele más y más corredores, todos sin saber porqué pero convencidos de que han encontrado el sentido de sus vidas. Y corren con él como si éste fuera una especie de flautista de Hamelím, contentos pero realmente sin saber porqué.
Realmente la película es preciosa en todos sus aspectos: el guión (un muchacho simple al que la vida había destinado a la marginación y el fracaso pero que, sorpresivamente, obiene el éxito en todo lo que emprende, el parecido de la historia de Forrest Gump con la de ZP es asombrosa), la interpretación de los actores (Tom Hanks, Gary Sinise: el teniente Dan), la fotografía (preciosos los paisajes de Forrest corriendo) y la banda sonora.
Forrest corre y corre sin hablar nada con sus seguidores, convencidos así de toda la gran sabiduría que encierra. Pero hete aquí que llega el momento en que Forrest se para en el desierto y todos sus seguidores, espectantes ante la inminencia de algo grande, también, pero lo único que les dice Forrest es: "estoy cansado"... "¿y nosotros qué?" (le pregunta uno de los seguidores). Y ahí se acabó la historia de Forrest corriendo y el gran mensaje que se suponía estaba transmitiendo.
No quiero ni pensar que todos estos ociosos acampados en la plaza acaben igual. Por cierto, aquí en Arrecife sólo quedaba una "indignada" que tuvo que ser desalojada para poder limpiar.
En fin, les dejo con las imágenes irrepetibles de Forrest recorriendo de costa a costa los EEUU: