jueves, 19 de octubre de 2017

Síndrome de Estocolmo en Cataluña

El síndrome de Estocolmo corresponde a la reacción que determinadas personas desarrollan después de un cautiverio o secuestro en relación con sus secuestradores, idealizando su imagen. Se acuño en 1973 cuando la policía actuó en el atraco con rehenes que se produjo en un banco de Estocolmo. Los rehenes desarrollaron una conducta donde agradecían el trato que les dispensó el secuestrador, considerándolo una persona entrañable y despreciando la actitud de la policía. También fué famoso el caso del secuestro de la rica heredera Patty Hearst en 1974 en California por el llamado "Ejército simbiótico de liberación", acabó convirtiéndose en uno más del grupo terrorista.
Yo me imagino en Cataluña a esos descendientes de andaluces, extremeños, colocados en la tesitura de una sociedad que desprecia sus orígenes españoles, me imagino la presión diaria, en la escuela el adotrinamiento, en el barrio los gestos torcidos. Me imagino un gigantesco secuestro de una minoría gritona y decidida hacia una mayoría desunida y desconcertada. El desarrollo de la postura más cómoda es la asumir ese relato, integrarse en la farsa, asumir que realmente no eres lo que eres sino uno de ellos y qué momento de gratitud, cuando esos que antes te despreciaban, te pasan cariñosamente la mano por la espalda y te sonríen de forma cómplice, eres uno más de ellos. De nada vale que te hagan ver lo absurdo de lo que defiendes, siempre tendrán argumentos, también absurdos, para demostrar lo contrario.

martes, 10 de octubre de 2017

Viaje a ninguna parte

Viaje a ninguna parte es una genial novela del genial Fernando Fernán Gómez. Narra las peripecias de un grupo de comediantes que recorre la España de la postguerra, narradas en primera persona por uno de sus integrantes, la mayoría familiares entre sí. La historia transcurre entre las verdades y fantasías que va relatando el protagonista (Carlos Galván), hasta que llega un momento que no sabes qué es verdad y qué inventado. La versión en película que interpretó y dirigió el propio Fernando Fernán Gómez no tiene nada que envidiar al libro, la dirección, interpretación y el guión son impecables. La interpretación de Gabino Diego, Fernando Fernán Gómez, José Sacritán y Juan Diego son sublimes. Es una historia tragicómica, de esperanzas fundadas y decepciones reales, la larga y cruda marcha hasta la realidad.



El título de la genial obra me viene al dedo para describir lo que está pasando en Cataluña en estos días, aunque también podía volver a usar La conjura de los necios de Kennedy Toole.
Día sí, día también, todos los días estamos hartos de escuchar, leer y oír hablar del jodido proceso independentista, el Proces para los amigos. Ya produce hastío, ¿pero es que en Cataluña no se trabaja, no hay problemas reales que resolver: sanidad, educación, seguridad...?.
Parece que no.
Hagamos un breve resumen de como se ha llegado a esta situación, de atrapado en el tiempo o día de la marmota. Durante años por necesidades de los gobiernos de España: desde que el PSOE  de Felipe González, cuando perdió la mayoría absoluta en 1993, pasando por Aznar cuando ganó en 1996 y terminando en el primer mandato de Zapatero en 2004, tuvieron que apoyarse en los nacionalistas catalanes de CIU, en Jordi Puyol. El estado ya era consciente del cortijo que estaban montando Jordi y sus secuaces: inmersión lingüística en contra de las leyes y las sentencias, adoctrinamiento en las aulas, con construcción de un relato completamente alejado de la historia real de Cataluña. Se miró para otro lado respecto a la corrupción institucionalizada en la sociedad catalana: el 3% de comisión por la adjudicación de contratos públicos era vozpópuli, pero nadie se atrevió a decirlo públicamente salvo Pasqual Maragall, para rápidamente retractarse: :


En el caso banca catalana, referido al saqueo de dicho banco, se llegó a imputar al honorable pero que fue sobreseído a pesar de todas las evidencias que indicaban que Jordi y otros consejeros de dicho banco se habían enriquecido a costa de quebrar la entidad. Eran tiempos (1984) en que CIU conseguía mayoría absoluta, Jordi salía al balcón y era vitoreado. Sintiéndose fuerte e inmune a la acción de la justicia. Años después (2014) debido a investigaciones policiales, el honorable, ya jubilado, con toda su prole bien montada, reconoce que tenía dinero escondido en el extranjero pero que era fruto de una presunta herencia familiar. Lo cierto es que la investigación policial saca a la luz un entramado financiero oculto en paraísos fiscales repartido entre sus numerosos hijos.
En paralelo a todo esto la sociedad civil catalana, formada en gran parte por descendientes de inmigrantes de otras regiones de España, principalmente andaluces, se va constituyendo en ese ambiente enrarecido de cierto desprecio a lo español. ¿Cómo pueden encajar los descendientes de los inmigrantes en esa sociedad?. Recuerdo cuando vi por primera vez la palabra charnego, la leí en "Últimas tardes con Teresa" de Marsé, que hace una descripción magistral de la sociedad catalana de la postguerra, del desarrollismo industrial catalán, de los afanes del protagonista charnego por medrar ante el desprecio que despierta.
¿Qué postura es la más cómoda ante una situación social que te margina por tu origen? pues crear un relato imaginario donde los charnegos ya no lo son, no se reconocen como hijos de andaluces o extremeños. Son catalanes hasta la médula y se genera un odio y un rencor hacia todo aquello que recuerde sus orígenes y les hagan ser menos que sus conciudadanos catalanes. Ellos se convierten en los más radicales y adoctrinables. Lo digo con conocimiento de causa, pienso en casos particulares: hijos de andaluces con banderas independentistas en la habitación, canarios que se casan con charnegos en Cataluña y ya no son canarios, son independentistas. La culpa de lo mal que te pueda ir es de España: España nos roba. No les roba Pujol y la estructura mafiosa que le acompaña, no, es España...