jueves, 19 de mayo de 2011

Doble moral

Una vez escuché a un argentino decir que tenía la conciencia limpia de no usarla. En estos días de campaña electoral destaca más, si cabe, la desfachatez de nuestros insignes políticos que se presentan a la reelección. Si les pillan conduciendo borrachos, intentan darse a la fuga arrastrando al policía; que les pillan pegándose una mariscada por cuenta de nuestros impuestos, no pasa nada. En esta foto vemos a este sinvergüenza llamado Torrijos, por más señas concejal de IU en Sevilla, que, aprovechando un viaje a Bruselas (viaje pagado con dinero público), con la excusa de una feria alimentaria se pone las botas a base de marisco del bueno:

Mariscada de un concejal de IU de Sevilla en un hotel de lujo de Bruselas
Siempre me ha parecido que eso de la doble moral no es tal, no, lo que ocurre es que no se tiene moral.
La siguiente imagen corresponde a ese gran sindicalista y luchador de los derechos de los trabajadores llamado Ignacio Fernández Toxo secretario general de CCOO que, junto a su mujer, estuvo de crucero por el Báltico el verano pasado. Aquí le vemos en la típica foto de la cena de gala con el capitán (¡qué glamour!):

Ignacio Fdez. Toxo de crucero por el Báltico
¿Ustedes le han oído rechistar por las condiciones económicas de los españoles, por la bajada de sueldo de los funcionarios, por el aumento de la edad de jubilación, por la congelación de las pensiones?, yo tampoco. Será porque con el sueldo y los privilegios de los que disfruta, esto a él (ellos) no le afecta. Recordemos que el sueldo anual de este gran magnate (dinero ganado con su esfuerzo y sudor, aquí no podemos objetar nada) ronda los 114000€ y todavía le asignan una vivienda de protección oficial (el caso todavía se está investigando, conozco casos de personas que con un sueldo de 1000 y pocos euros mensuales le deniegan el derecho a la vivienda de protección oficial).
Yo no puedo pensar que el siguiente gráfico realizado por algún malintencionado tenga algo que ver:
No me olvido de Cándido Méndez y su afición a los restaurantes de 5 tenedores, pero es que ya estoy cansado de escribir sobre tanto truan. Otro día le damos.
Lo dicho, sin moral.
Carpe diem

viernes, 13 de mayo de 2011

Rebelión en la Granja

George Orwell escribió en 1945 la novela "Rebelión en la granja" ("Animal Farm") como sátira de lo que había ocurrido con la Revolución Soviética de 1917 en Rusia y la posterior dictadura stalinista. La historia, muy inteligente, consiste en asimilar a los cerdos de la Granja con los revolucionarios rusos, como en un principio convencen al resto de los animales para expulsar al granjero explotador e instaurar un régimen que presuntamente velará por el bienestar de todos. Dos cerdos se erigen como líderes de la Revolución (el cerdo Napoleón que representa a Stalin y el cerdo Snowball que representaría a Trotsky). Finalmente sólo quedará como líder Napoleón y las presuntas bondades del nuevo régimen se convierten en una dictadura atroz.
Si hay una persona inteligente y autorizada para plasmar un crítica tan ácida en contra del comunismo ese fue Orwell que militó en partidos de izquierda ingleses y participó en la Guerra Civil Española en el bando republicamo, lo suficiente para darse cuenta de la gran farsa que representabala izquierda totalitaria.
En estos días estamos inmersos en España en la campaña electoral para elegir representates en Ayuntamientos, Comunidades Autónomas y Cabildos (en Canarias). Y vemos a todos estos aspirantes a seguir en el sillón y a los aspirantes a quitárselos enfrascados en pegar carteles, en intentar seguir engañándonos, en insultar nuestra inteligencia diciéndonos que lo que es negro no lo es tanto, que les dejemos seguir arruinándonos, bajándonos los sueldos, poniendo en peligro las pensiones y alargando la vida laboral hasta los 67 años (para que des gracias cada uno de los días que te quedan hasta la jubilación por el hecho de tener trabajo y que, cuando llegue el momento, mejor te mueres para que no cargues a los que queden trabajando con tu pensión, que bastante tienen ellos con ir tirando).
El otro día paseando por el Charco de San Ginés me encontré con este cartel de CNT que retrata muy bien la situación:






Carpe Diem