miércoles, 22 de febrero de 2012

Garzón: el juez prevaricador

El desollamiento del juez prevaricador es el título de un cuadro de Gérard David (Oudewater, 1460- Brujas 523) , pintor flamenco y el último gran maestro de la escuela de Brujas

 Según Heródoto, Sisamnes fue un juez real, "por ello era corrupto", de la época del reinado de Cambises II de Persia.
Este juez, como tantos jueces hacen, aceptó el soborno en un juicio y dictó una sentencia injusta.
Como consecuencia el rey lo mandó a detener por prevaricador y ordenó que se le despellejara vivo, una sentencia, para el entonces, considerada tan aplicable, como justa.
 Su piel se usó para tapizar el asiento en el que el magistrado había presidido sus juicios, y en el que debía sentarse su propio hijo, Otanes, al que Cambises eligió para reemplazarle.
De hacerlo así, esto debía recordar a Otanes el origen del cuero donde se sentaba, para que lo tuviera en cuenta en sus audiencias, deliberaciones y sentencias.


Estos días ha salido la sentencia que condena por prevaricador al famoso y narcisista juez (ex-juez) Garzón. Llevaba años haciendo méritos para recibir esta condena pero no se sabe que ensalmo u encanto le protegían de todas las meteduras de pata (por decirlo suavemente) que cometía. Instrucciones judiciales dictadas a bombo y platillo, macroprocesos contra delincuentes de toda laya, que acababan con la absolución de los mismos por la deficiencia procesal y el protagonismo mediático (rayano en lo enfermizo) del malogrado juez prevaricador. Su vanidad y ego crecidos descomunalmente le hicieron creer que primero estaba él y su conciencia, y después las leyes.
¿Qué clase de juez era éste que según el viento del poder le soplara y según conviniera podía mandar detener a unos policías, de trayectoria profesional intachable, porque elaboraron un informe que relacionaba el ácido bórico encontrado en la vivienda de un islamista radical con otra cantidad decomisada por la policía a ETA en otra operación (eran los años posteriores al 11-M y no se podía relacionar ETA con dicho atentado)?
¿Qué clase de juez era éste que mantenía en un cajón de su despacho la denucia por el chivatazo del caso Faisán porque no convenía empapelar a lo peor de la policía que le había chivado a ETA una operación en su contra?
¿Qué juez era éste que se arroga el derecho a instruir una causa general contra el franquismo cuando por activa y por pasiva el fiscal le advierte de que no es competente? Total, por lo menos llega a certificar que Franco estaba muerto, ¡qué nivel!
¿Qué clase de juez era éste que cuando instruye el caso gurtel ordena detener a los cabecillas de la trama y los deja en el calabozo el fin de semana, mientras él se va tranquilamente de montería (cacerías sólo aptas para grandes economías) acompañado, cómo no, por el entonces ministro de justicia (Fernández Bermejo) que cazaba sin licencia; y posteriormente se reúnen más tarde para comer todos juntos, el fiscal y el jefe de la policía que lleva la investigación del caso? Total, ya la policía podía grabar a todos los detenidos con sus abogados...¡Sin palabras!¡qué nivel!
Sólo queda preguntarse como se permitió a esta aberración del sistema llegar tan lejos.
Dios nos proteja de nuestros amigos que de nuestros enemigos nos protegeremos nosotros.
Carpe diem