jueves, 7 de abril de 2011

La mujer del César además de ser honrada debe parecerlo

El origen de la frase que da título a este comentario se atribuye a Julio César que, cuando un enemigo político intentó compromenterlo públicamente introduciendo un suspuesto amante en casa de César y tratar de crear el correspondiente escándalo con la honestidad de su cónyuge (que no cónyugüe, Pagüín), se encontró con la contundente respuesta del general que se divorció de su legítima.
¿Qué credibilidad le daría usted a estos esforzados políticos que trabajan en el parlamento europeo que votan a favor de seguir viajando en primera clase en lugar de clase turista y que votan en contra de bajarse el sueldo?.
¿Se acuerdan de los eurodiputados (entre ellos una española del PSOE, ¡qué raro!, ¿no?) que fueron cogidos in fraganti cuando firmaban la entrada en el parlamento el viernes y una hora después ya estaban con las maletas en el aeropuerto y así poder cobrar la dieta sin dar un palo al agua?.
Estamos pasando una crisis económica terrorífica: miles de empresas echando el cierre, bajada de los sueldos, paro desbocado, ... y estos mamarrachos no son capaces de tener un pequeño gesto con los que les hemos votado. No son capaces de mostrar un pequeño gesto de humildad y decir: dedicaremos todos los millones que ahorremos con estas pequeñas migajas a obras de caridad, a ayudar a los millones de necesitados, a ser una mejor persona, a colaborar en miles de proyectos solidarios que no salen adelante por falta de dinero.
¡Noooo!, que nos quiten lo bailado, que la vida son cuatro días y a los mejor no salimos elegidos en las siguientes elecciones. Hay que rapiñear todo lo que se pueda, que mañana no sabemos donde estaremos.
Estos caraduras, golfos y miserables son los que representan el voto de los ciudadanos, que babosamente nos vienen a pedir cada cinco años para luego, ya ven, pegarse la gran vida. Pero esto no es exclusivo del Parlamento Europeo, ¿qué han hecho en el parlamento nacional?, ¿se han reducido el sueldo?, ¿han modificado esos escandalosos privilegios de los que gozan para jubilarse con sólo siete años cotizados como parlamentarios, esos sueldos vitalicios y sin incompatibilidades de ex-ministros y ex-presidentes?, ¿han reducido la cantidad de coches oficiales (creo que España es el país de la Unión Europea que más tiene), ¿han hecho algo?. Creo que no, a lo más que han llegado es a introducir la traducción simutánea para los idiomas autonómicos (vasco, catalán y gallego) en el Senado, para que un vasco que no sabe vasco (como Iñaki Anasagasti) escuche la traducción con un pinganillo de lo que está diciendo otro vasco en euskera.
Razón tiene Arturo Pérez Reverte de las náuseas que siente cuando los ve salir tan encorbatados y sobrados de sí mismos dispuestos a coger su coche oficial a las puertas del Parlamento.
En fin, carpe diem.

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